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Policías Locales y desfibrilador salvan una vida en el supermercado

Una médica con un desfibrilador en el coche reanima a un ciclista infartado

FUENTE: Diario Las Palmas 

Los agentes de la Policía Local fueron los primeros en aplicar las maniobras de reanimación al empleado del supermercado Spar de la Calle Virgen de La Luz de la capital Canaria que se desplomó en la mañana de este martes. Han recibido felicitaciones por su actuación del personal médico, del empresario Tomás Barreto y del propio Ayuntamiento.

La Policía Local de Santa Cruz de La Palma vivió este martes “momentos muy emotivos e intensos”, según ha reconocido a LA PALMA AHORA, con lágrimas en los ojos, el subinspector jefe del cuerpo Eduardo Pérez Pérez, que supervisó las tareas de reanimación cardiorrespiratorias que los agentes del cuerpo realizaron con un desfibrilador al carnicero del supermercado Spar de la calle Virgen de La Luz de Santa Cruz de La Palma, Fidel Hernández Piñero, de 58 años, quien pasadas las 08.30 horas se desplomó víctima de un infarto. “A las 08.35 horas un compañero que salía de servicio fue a comprar al Spar y llamó solicitando con urgencia el desfibrilador; más tarde recibimos las comunicación del CECOES que pedía que una patrulla se trasladara al Centro de Salud para recoger al médico y a la enfermera”, ha relatado el citado mando policial. Al lugar del suceso se trasladaron hasta seis agentes y el propio Eduardo Pérez, que vivió con angustia los difíciles momentos de la recuperación. “Cuando llegué allí estaban los compañeros actuando y al ver a aquella persona en el suelo recibiendo masajes cardíacos, que no se recuperaba, sentí una sensación de impotencia, de frustración, me quedé fatal”, reconoce. “Fue emocionante observar cómo se entregaron los compañeros –los ojos, de nuevo, se le inundan de lágrimas- y cuando me di cuenta de que el hombre había recuperado el pulso, sentí una satisfacción enorme, alivio, ganas de llorar, fue una sensación que no puedo explicar; impresionante”, asegura. “Los compañeros del infartado tenían todos los ojos rojos de llorar, y eso también me emocionó”, añade.

Las maniobras de reanimación se prolongaron durante casi una hora. “Los policías locales y los sanitarios se integraron y formaron un equipo, y pude comprobar cómo una persona que se iba era recuperada, fue como ver pasar de la muerte a la vida”, insiste.